martes, 29 de noviembre de 2011

CASA de ORACIÓN

MI CASA, CASA DE ORACIÓN SERÁ LLAMADA

Mateo 21:12

Y entró Jesús en el templo y echó fuera a todos los que compraban y vendían en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas. Y les dijo: Escrito está: ``MI CASA SERA LLAMADA CASA DE ORACIÓN, pero vosotros la estáis haciendo CUEVA DE LADRONES. Y en el templo se acercaron a Él los ciegos y los cojos, y los sanó.



Siempre vemos a Jesús calmado pero en este pasaje vemos a un Jesús agresivo, volcando mesas, llamando la atención a los que estaban allí, enojado; pero ¿cuál era la causa de su enojo?,. Él estaba percibiendo como su casa se estaba volviendo en un negocio, ya no era una casa de adoración, de oración, de limpieza. Él siempre había querido que su casa fuera llamada Casa de oración. Él estaba tratando de sacar lo malo para que entrara lo bueno; no era malo lo que ellos estaban vendiendo, porque lo que vendían allí era para los mismos sacrificios, lo malo era que ya no había adoración ni oración, así como en estos tiempos algunos estamos más dedicados en los negocios fuera del reino, mucho ruido, mucho bullicio pero al último que se le prestaba atención era a Jesús, mi casa dice el Señor al comienzo no era una casa así llena de negocios, la casa de Dios era un lugar de oración, de limpieza, los niños sabían a que iban, pero poco a poco se fue perdiendo el celo, se fue bajando el lugar que Dios merece en nuestras vidas. Un evangelio que no cuesta, hoy necesitamos volver a esos tiempos donde la casa de Dios es casa de oración. Un salmista dijo; "yo me alegré con los que decían a la casa de Jehová iremos". El templo se había convertido en una marqueta donde fácil se compraba el animal para el sacrificio afuera y se ofrecía un sacrificio rápido que ya no costaba nada.

Isaías 56; 7

Yo los traeré a mi santo monte,
y los alegraré en mi casa de oración.
Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar;
porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.

Dios quiere bendecid a su pueblo, pero él no puede aceptar sacrificios que no provienen de un corazón limpio y consagrado.

Jeremías 7:11

¿Se ha convertido esta casa, que es llamada por mi nombre, en cueva de ladrones delante de vuestros ojos? He aquí, yo mismo lo he visto--declara el SEÑOR.

Cristo usa el lenguaje de cueva, porque en el pasado los ladrones se escondían en cuevas a contar el dinero que se habían robado. Y Jesús les llama la atención. (continuará)

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