2 Corintios 6:14
Pregunta:
¿Qué es “yugo desigual”? (2 Corintios 6:14)
Respuesta:
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos” (2 Corintios 6:14). El texto griego dice: μη γινεσθε ετεροζυγουντες . Traducido literalmente “no llegue a estar diferente unido” (hetero-unido). Heterosexual se refiere a uno atraído a otro sexo o sea diferente sexo – atraído a una persona de otra naturaleza sexual (el varón atraído a la mujer o viceversa). Hetero-unido (que no es palabra legítima en el castellano, por supuesto) es unido con otro – unido con algo o alguien diferente. En este contexto se trata de estar unido con alguien que sea de otra naturaleza espiritual (creyente con incrédulo). Por este motivo es “desigual”.
En el campo literal de los animales, la ley prohibió el yugo desigual: “No ararás con buey y con asno juntamente” (Deuteronomio 22:10; vea también Levítico 19:19). Hasta advierte contra sembrar la viña con semillas diversas (Deuteronomio 22:9) debido a las consecuencias negativas de tal práctica.
El tema específico no es el matrimonio y no se limita exclusivamente al matrimonio sino que tiene aplicación a toda unión. El contexto específico es la relación del cristiano con los ídolos (2 Corintios 6:16). El texto del Antiguo Testamento citado en 6:16 es Isaías 52:11 y se trata del mandamiento profético que Dios les dio a los israelitas a salir de Babilonia y volver a la tierra prometida en el momento designado después de los 70 años de exilio en Babilonia (vea también Jeremías 50:8; 51:6,9,45). Encontramos la misma exhortación en Apocalipsis 18:4 con aplicación espiritual a los cristianos que sufrieron la persecución del imperio romano (designado simbólicamente como Babilonia en El Apocalipsis).
Sabemos que Dios no manda que el cristiano abandone todo contacto con los incrédulos “pues en tal caso os sería necesario salir del mundo” ( 1 Corintios 5:10; favor de leer con cuidado 1 Corintios 5:9-13). Pero lo que sí prohíbe es que el cristiano se sujete al yugo del incrédulo – que intente unir la fe con la incredulidad. Tiene valores totalmente diferentes. Tienen naturaleza espiritual totalmente desigual. El creyente no debe obligarse a vivir bajo los valores del incrédulo. El cristiano no debe comprometerse a practicar el criterio del incrédulo.
Cristianos con cristianos gozan de una comunión muy especial y debemos estar unidos unos con otros. Pero cristianos con incrédulos no pueden tener comunión legítima y no deben buscar tal comunión. Pueden tener contacto; pueden comprar unos de otros; hasta pueden comer juntos, según 1 Corintios 5, pero no pueden tener comunión espiritual porque no tienen el mismo “padre” espiritual. El cristiano no puede sujetarse a las prácticas del incrédulo en los negocios. No puede sujetarse a las metas del incrédulo en la sociedad. No puede sujetarse a los valores del incrédulo sin abandonar los valores de su Padre celestial.
Creo que el texto bíblico en 2 Corintios 6:14 nos ayuda a entender lo que Dios prohíbe. Nos recuerda por medio de una pregunta retórica que “la justicia” no tiene “compañerismo” con la “injusticia”. No dice que la justicia no debe tener compañerismo con la injusticia. Dice que esto sencillamente no sucede. ¿Por qué? Porque son de naturalezas opuestas. Nos recuerda que “la luz” no tiene “comunión” con “las tinieblas”. Nuevamente no lo prohíbe sino que declara que esto sencillamente no sucede. ¿Por qué? Porque son de naturalezas opuestas. Dice lo mismo en cuanto a Cristo y Belial [posiblemente el diablo o uno que tiene el espíritu del diablo] (2 Corintios 6:15). Y luego lo aplica al “creyente” y el “incrédulo” (2 Corintios 6:15). No hay “acuerdo entre el templo de Dios y los ídolos” (2 Corintios 6:16). ¿Por qué? Porque son de naturalezas espirituales diferentes. Por tanto, ¿cómo puede el creyente entrar en un solo yugo con el incrédulo? La única manera sería que el cristiano se sujetara a los valores y propósitos del incrédulo – que llegara a cambiar su propia naturaleza espiritual – que llegara a actuar como incrédulo. Y esto es lo que no debe suceder. Contra esto es la advertencia de 2 Corintios 6:14-16. El cristiano puede tener cualquier contacto santo que desee con incrédulos, pero lo que no debe hacer es entrar en acuerdo moral o espiritual con ellos. Hasta puede comer de la carne que fue sacrificada a los ídolos a menos que sea identificada como sacrificio a los ídolos (1 Corintios 10:27,28). En este último caso, no la puede comer porque hacerlo sería entrar en acuerdo espiritual con el incrédulo o cuando menos esto sería la apariencia y pueda resultar en que otro tropiece.
La pregunta siempre surge si esto tiene que ver con el matrimonio. Este texto definitivamente NO se refiere específicamente o exclusivamente al matrimonio. Pero )habrá alguna relación más íntima y más comprometedora que el matrimonio? El “yugo” ayuda a dos “animales” a halar una carga combinando y dirigiendo las fuerzas de cada uno para lograr un solo propósito. Esto mismo debe suceder en el matrimonio para que tenga éxito ‑ los esposos deben halar en la misma dirección ‑ unidos. Pero esto es muy difícil cuando uno es cristiano y su compañera es incrédula con la mira en las cosas del mundo. Es difícil y no es aconsejable, pero lo que este texto prohíbe es que el cristiano se sujete a los valores o la incredulidad del marido que no sea cristiano o de la esposa que no sea cristiana. Ya se puede imaginar lo difícil que sería llegar a acuerdos sobre muchos aspectos del hogar que sean agradables a Dios. Es probable que haya desacuerdos serios sobre la manera de gastar el dinero o aún de ganarlo, la crianza de los hijos, la clase de música, programas de televisión, películas, dar gracias a Dios por los alimentos como familia, y muchos otros temas que se repetirán una y otra vez en el hogar.