viernes, 11 de septiembre de 2015

CIRCUNSTANCIAS.

NUESTRO PAN DIARIO viernes, 11 septiembre 2015 Muchas veces a lo largo de la vida hemos creído que ¿Si mis circunstancias fueran diferentes?… Yo sería diferente!, por tal motivo hemos vivido resentidos, heridos, cargados ya que consideramos que las circunstancias no nos favorecen. De igual manera hemos optado por sentirnos victimas de las circunstancias y le hemos achacado a ellas las responsabilidades de nuestras acciones. Eso es precisamente lo que el mundo trata de enseñarnos; se ha puesto muy de moda por los diferentes “expertos” en analizar la vida de las personas y encontrar justificación a los diferentes problemas de personalidad que presentan las personas: déficit atencional, homosexualidad, drogadicción, machismo, prostitución, adulterio, etc., haciendo ver que muchas de las personas que padecen esos “problemas” son así por causa de las circunstancias. Si las circunstancias hacen de nosotros lo que somos, entonces todos somos victimas de las circunstancias. La verdad es que las circunstancias no hacen de nosotros lo que somos. Ellas meramente revelan lo que somos. El mundo quiere convencernos de que la única manera de ser diferentes es si cambian nuestras circunstancias. Pero Dios dice que somos responsables – no de los fracasos de otros, sino de nuestras propias reacciones, decisiones y de nuestras propias vidas. El apóstol Pablo aprendió que podía regocijarse y estar contento y dando frutos en cualquier circunstancia, porque su gozo y bienestar no dependían de sus circunstancias sino del amor y fidelidad de Dios y la condición de su relación con Dios. Por eso es que él pudo decir: He aprendido a contentarme, cualquiera sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Filipenses 4:11-12 Pablo entendió que puede ser que no podamos controlar nuestras circunstancias, pero nuestras circunstancias no tienen que controlarnos a nosotros. La verdad es que podemos confiar en un Dios sabio, amoroso y soberano para que controle cada circunstancia en nuestras vidas. El gozo, la paz, y la estabilidad vienen de creer que cada circunstancia que toca nuestras vidas ha sido primero filtrada a través de sus dedos de amor y es parte de un grande y eterno plan el cual Él está forjando en este mundo y en nuestras vidas. Dios te Bendiga. pastor SAMUEL RICARDO siervo de Jesucristo.-

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