miércoles, 11 de noviembre de 2015

SACERDOTES

NUESTRO PAN DIARIO miércoles, 11 noviembre 2015 El sacerdote de Dios por los méritos del gran Sumo Sacerdote Cristo, tiene un gran llamado en este siglo 21 donde estamos viviendo. La iglesia está formada por personas transformadas por el sacrificio expiatorio de Jesús. Sabemos que Cristo pagó un grande precio que ningún ser humano podrá pagar. Pero hay algo que como iglesia que Jesús nos encomendó la gran comisión de predicar las buenas nuevas de salvación. En el libro de Hebreos 5:7. –< y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.> Todos sabemos que Cristo se humilló hasta la muerte y muerte de cruz, pero hay algo que el libro de los hebreos recalca y son las lágrimas. Dios siempre en su palabra nos habla de la humillación, pero una cosa es leerlo y muy diferente ponerlo por obra en nuestro corazón. El capítulo 2 versículo 17 de Joel: “…entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová…” Joel 2:12. – “…por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento…” Sabemos la situación que se vivía en el tiempo del profeta Joel, donde la oruga, el saltón y el revoltón habían arrasado con los campos. Somos templos del Dios viviente, vemos la situación en que vive el mundo y mi nación donde vivo. Vivo en Chile, el crimen esta en las calles de una forma violenta, y sé que donde usted vive también ve ese problema, sé que son tiempos finales, su palabra se cumple al pie de la letra. Pero también siento el dolor de las madres y familias que sufren el dolor de la criminalidad y falta de valores en el hogar. Tenemos que ejercer el sacerdocio, de derramar lágrimas en el altar del corazón, orar por un avivamiento. Iglesia lo máximo de Dios sobre esta tierra, no me considero profeta, sino un siervo de Jesús al servicio de sus hijos, somos llamados a servir al prójimo pero hay algo que se nos ha olvidado en el camino y son las lágrimas, Dios requiere que nos humillemos como pueblo, sé que muchos lo hacen, pero el Salmo 126 nos dice los que sembraron con lágrimas con regocijo segarán, irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla y al final vendrá con regocijo trayendo las gavillas, Jesús lo hizo, con gran sudor y lágrimas, él pasó su Getsemaní, nosotros como su iglesia tenemos que pasar por las pisadas del maestro. El precio que pagó él nunca lo podremos pagar, pero si las lágrimas podemos derramar por los perdidos, desamparados, los que tienen necesidad de Dios en el corazón. El sacerdocio del cristiano debemos de ejercerlo conforme al servicio del maestro Jesús, y a nuestro prójimo, eso es el evangelio Servir, Dar, y Amar a Dios sobre todas las cosas y nuestro prójimo como a nosotros mismos, Dios es bueno y para siempre su misericordia. pastor SAMUEL RICARDO siervo de Jesucristo.

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